Una mentira plausible no puede ser lo mismo que una verdad argumentable.
Pero a veces suenan igual.
Una mentira plausible no puede ser lo mismo que una verdad argumentable.
Pero a veces suenan igual.
Septiembre llegó y con él un nuevo turno en Escribidores y Literaturos.
Esta vez Ivanius asistió a una conversación de las que sólo pueden escuchar los que tienen las orejas puestas. La recompensa es encontrar personajes que no siempre toman café, pero cumplen su oficio. Discretamente, como a veces debe ser.
Hablando de oficios, la foto del escrábel se la debemos a los desvelos de la talentosa FotoMadrina. Aplausos y una orquídea para ella.
“Ya los ubiqué, ¿eh?. Pinches chamaquitos, les voy a @#´‚¬&%%&$·”&()”
Colgué petrificado de terror. Este mono tenía la voz aguardientosa, y se oía de muy, muy mal humor.
Parecía que el mensaje de nuestra contestadora era demasiado “chistoso”, y ofendía a más de uno. Decía más o menos así:
Imaginen el diálogo a dos voces; mujer-hombre, lis y yo gesticulando y actuando con todo lo que daba nuestra capacidad actoral para impostar la voz, y doblarladoblarladoblarla para parecer vagoneros de metro, y que el mensaje quedara así, espaisi.
Y se enojó. El tipo habló varias veces amenazando con hacernos cosas horribles y despellejarnos lentamente si no quitábamos nuestro mensajito del buzón telmecs. Pero esa última si era demasiado. Y ¿qué tal que si nos había ubicado? ¿que sí sabía dónde vivíamos?
Noo, ps no. Y que lo quitamos. Hoy la contestadora tiene el clásico mensaje anodino de la chamaca esa vitrual de Tlemex; y más de una vez hemos estado tentados a poner otro mensajito “Chistoso” pero nada más de pensar en nuestra seguridad y bululú… obvio se nos quitan las ganas.
Hace rato, me llegó otra amenaza. Fue así como de refilón. Una bloguera muy comprometida me dijo… me dijo… que…
Ash, cosas horribles. Y todo a causa del video del ratero de los derechos humanos violados. Pues ¿no dijo Montiel que
Para no pisar más callos, y recordar a un famoso, ahora les dejo este video.
Y mira tú, conicidentemente, lo de las ratas viene de ahí.
La historieta, comic o tebeo siempre ha servido para decir cosas que en otras modalidades de discurso sonarían… distinto. Cada personaje (y no hablo necesariamente de los superhéroes) tiene una manera especial de sostener puntos de vista o expresar opiniones. Aun así, hay quienes los contemplan como pérdida de tiempo o hasta artesanía, en el sentido de “arte menor”. Otros dedican páginas y páginas (con dibujitos o sin ellos) a descifrarlos. De todo hay.
El rincón insólito número 25, a casi un año de esta gustada sección en la pocilga, les presenta Tintin, Revolucionario. Un héroe vuelto manifiesto.
OPDÉITED: Agosto ya terminó, pero la noticia de que Disney adquiere a Marvel (nada más alucinante que imaginar al Hombre Araña acompañado de Mickey) hace recordar a uno de los grandes del cómic de superhéroes, que habría cumplido 92 años el 28 de agosto (y seguramente habría tenido algo que decir): Su Majestad Jack Kirby. Nomás asómense.
Era un día soleado, con un cielo azul muy azul. Los chamacos correteaban en las calles, y sus gritos se perdían en la lejanía.
La Medu y yo caminábamos tranquilamente por la ribera de aquel canal de aguas negras que era el mejor lugar para jugar. Ella con ese paso majestuoso que la caracterizaba, y yo, siguiéndola como podía, dando tumbos y resbalando a cada tanto.
Me detuve para regresar el saludo que venía desde lejos, de Pepe, mi querido amigo.
Pasó todo muy rápido. Cuando bajé la mirada ya había ocurrido; un auto pasó velozmente sobre la Medu segando su vidad de golpe. Y lo peor, estaba embarazada. El fruto de su amor con el Tanner jamás se lograría.
“Nooooooooo. Los perriiitos. Nooooooooo. Meeeeeeduuuuuu”.
* * *
Desperté. Obvio, bañado en lágrimas, baba, moco, sudor…
Pinche sensación de angustia y apachurramiento; tardó meses en desvanecerse, pero puedo decir que me sobrepuse rápido. Tan rápido como puede un chamaco que recién va saliendo del cascarón.
Tenía yo 12 años. Y aun cuando había dominado el llanto hacía muchos tiempo, cada que recordaba el sueño; ahí estaban, las lágrimas amargas. La angustia de su muerte.
Hace mucho que no lloro. Bueno, al menos de tristeza.
No sé si es porque no puedo, o nomás no quiero. Pero hoy… hoy si chillé, pero de risa. Hacía mucho tiempo que no me reía tan de buena gana.
Ver a este chillón, y sobre todo, escuchar al mamón del policía soltar su frase lapidaria “lo voy a subir a yutúb por púto”, me provocan incontinencia urinaria.
¿Ya ves cómo el crimen no paga?
Y como un homenaje a Chanoc, Lágrimas y Risas, y Fantomas “La Amenaza Elegante”, esta es la segunda entrega del cuentito en siete.
Miren que yo no entendía, pero quizás así…
Después de que publicamos el cien en estas páginas, han acontecido algunas asombrosas sucedencias que cuál Ripley, vamos, ni el Holiday on Acid habría imaginado. Sólo unas cuantas a continuación.
Primero, que el selecto público haya aguantado hasta acá sin desmoronarse (excepto probablemente de la risa) es lo más admirable. Que persista en comentar, visitar y abrumar al personal (gozosamente siempre), aparte de multiplicarse, es increíble. Sobre todo porque para multiplicarse hay procedimientos mucho más gratos, que a veces tienen instrucciones.
Segundo, que los desvaríos marranos hayan merecido invitación para enlodar periódica e insistentemente un espacio de letrerosa imaginación y fotografístico asombro, colectivo en donde debe existir un bizarro (en francés) excedente (dije exceDente) que es quien esto escribe. Es que me agarraron en curva, por el punto ciego y de la lonja.
Tercero, que la vida virtual a veces sea demostración de progresivo e irremediable desplome mental en la blogósfera, y otras veces haga ver (como lo dijimos aquel más lejano día uno) que las mejores marranadas son las que enseñan a jugar, no las que enlodan porque sí.
En este bicentenario, los agradecimientos no son obligados, sino razón de ser de esta pocilga, y deben incluir a los cómplices comentantes, colegas blogueros y amigos de la Granja. Ustedes saben quiénes son; nosotros también. Gracias, desde el infinito al más acá, a todos y cada una. Y a todas y cada uno.
Gracias, desde luego y ante todo, al reaparecido Alberto, alias sietepalabras, colega, amigo y BróderInChanch.
Pa terminar diré que lo que viene está bastante más disparatado que lo que ya vino. Y hablando de vino… Salud, y buen colesterol para todos.
Amén.
Ivanius
Agosto 2009
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Oquei, llegó el momento de ponerse personal. Chingá, esto me pasa cada vez en tanto; y suele ocurrir en las ocasiones especiales.
Soy del tipo que sin alcohol ni anestesia de por medio, si estoy de buenas; me confieso con la gente, y hasta netas termino tirando. Aprovecho el duechento para netear y -¡ay!, pinche morboso aprovechado del público ajeno- platicar un poco de mí.
Yo siempre fui el de las ideas. Cómo olvidar aquella tarde de 1980, cuando le dije a mi inseparable amigo de aventuras “hagamos un club”. Corrimos a su casa emocionados con la idea, y cuando me di cuenta, ya hasta los papás estaban firmando las credenciales que nos acreditaban como miembros del club. Chale, como que eso no era lo que me estaba imaginando, pero bueno. Estaba chido de cualquier forma.
Al final, creo que esa experiencia marcó la infancia de más de uno en esa famosa calle de Tlalnepantla. Esníf.
Cieerto. Nunca fui ni líder nato, ni físicamente prodigioso. Pero “listo” sí. Ocurrían cosas memorables de repente, y aunque nadie terminaba dándome crédito, sabía que había sido “mi idea”.
Y hasta hoy; si esto fuera la túg de fgáns, yo iría en el paquete. Ahí con Fignon, Alegría, Treviño, Calcavante; esos que luchan luchan luchan e impulsan a los compañeros de equipo. Síi cómo no; algunas veces alcanzo suéter rosa, el suéter a puntos, el negro… y contadas el amarillo. Pero no salgo en la foto, y mi cara no está en los titulares.
Y pues nada, que el otro día que leía la versión onlain del Universal, que me hallo una nota hablando de la maravillosa idea que tuvo un escritor al publicar una “novela” colaborativa. A través de tuiter, el tipo y sus fologüers construyeron el texto. Él escribió las primeras cuatro entradas, y los fologüers las subsecuentes por medio de respuestas… Ufff.
Magaazo.
Y que le contesto al reportero: “pues sí carnal, pero eso a mí ya se me había ocurrido“; y que el tipo me ignora, y mis comentarios jamás aparecieron en la nota.
Aquí está. Chéquele, chéquele, querido lector: este es el ejercicio que hicimos hace ya como dos años en aquel bonito blog que alguna vez tuve y que a la postre, desembocó en esta pocilga, cuando Ivanius y yo quedamos en que nos apoderaríamos del mundo, él pensando y yo marraneando y el marraneando y yo también.
Damn it.
Y no es que a mí se me haya ocurrido; nel. Ya ven a los pachecos esos del cadáver exquisito, fueron los primeros que se tenga noticia en hacer una cosa colaborativa con toda la intención, la cosa es que deveras me ardió ser ignorado y no tener por supuesto un amigo reportero que me diera mis 15000 jits de fama Y lo que eso haya significado.
Entonces, para resaltar esta famosa fecha, y en el marco de nuestro post 200 (gracias queridos amigos lectores) les presento lo que espero sea el desempance y cierre de un círculo más en mi chancha existencia: el prometido –en aquella ocasión– cómic búc, edición limitada para güeb de la aventura colaborativa a masomenos 16 manos de los 41 minutos de la latitud 19 norte por Alberto y sus camaradas. Las entregas –porque va a ser en entregas– se publicarán con la misma aleatoriedad que ha caracterizado este espacio, hoy, en este póst la primera.
Espero les guste, y como dijo mi compañero de fórmula gracias mil a todos por su tiempo, sus comentarios, ánimos, y sobre todo su colaboración, como es que haya sido para ayudarme a revivir esta cosquilla de de ciber-marranear.
Alberto
Agosto 2009.
Aclaración: si llega usted a la página del experimento y quiere ver el desarrollo de la historia original, oprima “Entradas más recientes” en la parte de abajo de la página para ir al siguiente capítulo. Gracias, bai.
Otra aclaración: Seguro seguro usted sabe de algún otro experimento así. Díganos, plis; pa que se me quite primero la ardición, y después la idea necia que deveras deveras soy la neta.
Si parecía que andábamos de vacaciones, no era tan cierto. Hoy es Lunes, reaparición de Ivanius en Escribidores y Literaturos.
Decir verdad. Enseñe a pensar a sus hijos, pero no demasiado.
OH, SÍ. AVISOS PARROQUIALES.
UNO: Hace mucho, mucho tiempo, en esta pocilga comenzó un cuento. O una cuenta. En el próximo post, el metro llega a Tláhuac. Digo, la pocilga alcanza su bicentenario.
DOS: ¿Cuándo? A más tardar lo antes posible, como dicen los que le causan migrañas a Cervantes. Haga su reservación, sivuplé. Ps’esque luego no alcanzan los tacos. Con champaña, o con champurrado… para no errarle. Estéi tuned.
EDIT ALBERTO:
Así es mi querido hermano marrano, que el duechento nos ha alcanzado.
Y no sé ustedes, pero parece que agosto nos agarra como en curva.
Postes van, postes vienen, comentantes que hacen lo propio; aniversarios, cumpleaños, renuncias irrevocables y otras no tanto. Lo cierto es que en este gran vecindario no hay nada escrito -vaya ironía chingá-.
Pronto, la RCP anunciada desde hace mil años a una aventurilla chanchesca y las consabidas ardiciones que trae como dijera alguien “este oficio” globero.
Sin alusiones, ¿oquei?
Acá seguimos.
Otro Edit más: Vean ustedes que esto sí es serio.
Solamente tenemos los mismos 199 postes en el horno. Y es que hasta hoy en la tarde no había mucho en claro.
Esto no es un FlashMob, ni tampoco intenta serlo.
Igual que el que publicó mi socio la vez pasada -en Antwerp o no sé dónde-, este también me arranca lágrimas.
Pero no de gusto.
Siento feo que en los tiempos del multi touch, de la comunicación multi-peer, de las teorías avanzadísimas de a dónde nos llevarán tantas innovaciones en cualquier materia, del umbral a una nueva era del conocimiento…
Pasen estas cosas.
Uf, a veces ser la parte chancha del pensante me escuece.
Ni modo.
EDIT: Anímese. Véalo completo. Nadie se dará cuenta. Ande, póngase sus audífonos y llegue al final.