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VI (y último). Pingüinos y monjes a la orilla de un palmar

Lxx_Minorprophets-Wikimedia-CommonsAl llegar a la última parte del manuscrito, el narrador describe su propio entorno y las costumbres de la comunidad esenia donde residen los pocos animales que quedaron después de sucesivas reducciones al otrora fabuloso zoológico imperial.

A ese monasterio acudían con frecuencia familias enteras y grupos de hombres eruditos y piadosos, en busca de conocimiento, redención y penitencia. Cuidar a los animales les servía como distracción, además de aliviar la carga de trabajo a los monjes, pues algunos de éstos, cuenta el cronista, brindaban consejo espiritual a visitantes y corresponsales de países lejanos, además de cumplir con exactitud las tareas propias de su vocación.

pingu_sepia2“Uno de los sacerdotes de Judea que vino al monasterio con su esposa, apodada ‘estéril’, concibió un hijo. Algo parece inquietarlo (quizás sea su eficacia reproductiva), así que pasa largas horas en el área donde estamos los animales. A veces viene también su mujer; aunque la gravidez le dificulta moverse, recientemente le acompaña una muchacha solícita que, según dicen, es su parienta y está próxima a casarse. (…)

“Todos nos hemos hecho amigos, porque aprendimos a compartir las letras y el silencio. Ahora que yo he tenido un crío, espero que llegue a conocer mejor a esta familia y pueda hacerse también su amigo. Algo me dice que así podrá conocer el mundo, más allá de estas regiones. Quién sabe: tal vez gracias a él los pingüinos podremos, por fin, ocupar un lugar en la historia.

El final del texto parece trazado con mano convulsa. Hay quienes lo atribuyen a la avanzada edad del escribiente; a mí me gusta pensar que su pulso tiembla por las carcajadas del deber cumplido.

Imágenes: Fragmento de papiro encontrado en la cueva Nahal Never (Wikimedia Commons), y recuperación “paleográfica” a partir de una imagen capturada por la FotoMadrina.

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V. Animales salvajes, o Born to be wild

En otra sección (parte de la capa exterior de pergamino), el narrador copia diversos relatos de tradición oral entre los animales, que explican algunas peculiaridades fisiológicas y cómo aprovecharlas para sobrevivir.

Una muy importante para nuestro protagonista es la capacidad de consumir agua salada. Los pingüinos, dice el narrador, “pueden beber agua con alto contenido de sal porque cuentan con glándulas especializadas que les permiten filtrar el exceso. Así, gracias al paso de las generaciones, nos hemos convertido en animales capaces de vivir en condiciones poco gratas, y trabajar en condiciones de rigor extremo (…).”

La investigación científica más reciente corrobora estas afirmaciones: cuando parece que los pingüinos lloran, en realidad expulsan el exceso de sal a través de la nariz.

Rockhopper_inaccessible-wikimediacommons“(…) Ahora sabes por qué puedes hallar un hogar incluso en estas regiones de arena. Así como aprendimos a guardar silencio, a comer miel y langostas, y a cuidarnos de la terrible luz del mediodía envolviéndonos en barro, también sabemos construir nidos con ramas y piedras, saltar entre las rocas y cavar madrigueras (…).”

Los rasgos descritos por el cronista son propios de varias especies de pingüinos: la habilidad de saltar (más bien, resortear o rebotar) entre arbustos y rocas, para desplazarse con rapidez en terrenos accidentados, es característica de los pingüinos Gentoo; la afición a construir madrigueras y túneles bajo tierra es propia de los pingüinos Magallánicos. (concluirá)

Imagen: Grupo de pingüinos “saltarines”. Tomado de Wikimedia Commons.

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IV. Real y verdadera evolución de las especies

Aquí y allá, en las pocas páginas rescatadas, se encuentran referencias a viajes y viajeros de diferentes épocas, lo cual hace suponer que el caso de este “pingüino palestino” no fue único. Los animales, aprovechando el amparo (y la vanidad) de los poderosos, han demostrado ser más inteligentes que los humanos, adelantándose varios siglos incluso al mismísimo Darwin:

” (…) Desde los primeros tiempos, los animales acompañan a reyes y emperadores. Algunos incluso se han hecho célebres por características que, a los ojos de los hombres, parecen sobrenaturales. Así, el gato, la paloma o el halcón son considerados semidioses, aunque cuiden únicamente de sí mismos, defequen sin fijarse dónde o sólo tengan buena vista de lejos. Otras especies con mayor sentido del humor (y sentido común) nos dedicamos a labores más discretas. El tiempo dirá si llegaremos a la inmortalidad, aunque tampoco es que nos haga falta: los conocimientos y alegrías sobreviven mejor en confidencia  (…)”.

“(…) Por supuesto, como nadie nos preguntaba nuestra opinión, muchos acabamos arracimados con otros medianamente parecidos: plumas con plumas, pezuñas con pezuñas. Hay quienes cuentan que la idea original para esto se debe a la borrachera de un meteorólogo aficionado de nombre Noé, a quien se le ocurrió hacer la primera colección de animales. Claro está que, al final, resultó más afín a empinar el codo que a estudiar zoología. Esta cercanía (lejos de ser promiscua) nos ayudó a adaptarnos a  distintos climas.

Drunkenness_of_Noah_bellini-Wikimedia-Commons“(…) El anciano del Arca jamás se dio cuenta de que llevaba consigo animales capaces de nadar. Su inclinación por los productos fermentados le demostró (como a muchos otros después de él) las terribles consecuencias de manejar vehículos bajo influencia etílica, pues sólo así se explica que en un mundo totalmente cubierto de agua haya logrado encallar. Además, claro, esa falta de visión hizo celebridad a la paloma por encima de otros animales más meritorios, con pezuñas o con pico. (…)

“(…) Al paso de las generaciones, la convivencia y la mezcla de habilidades se convirtió en herencia instintiva, y así hemos sabido qué insectos, hierbas y pequeños animales pueden darnos sustento, aunque nunca antes los hayamos visto (…)”.

Cómo los pingüinos aprendieron a escribir es otro hiato en los documentos, aunque se menciona una estadía en la corte de Salomón, lo cual podría explicar esta peculiaridad… además de insinuar otro episodio entre Almanegra y Balkis que tampoco se ha conservado. (continuará)

Imagen: Embriaguez de Noé, por Bellini. Tomado de Wikimedia Commons.

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III. De exploradores despistados

African.penguin.bristol-wikimedia-commonsNo hay explicación clara de cómo estas aves, generalmente asociadas con climas de hielo perenne, llegaron a regiones más cercanas a Harun Al-Raschid que a Magallanes. Quizás  de eso hablaban las siguientes hojas del pergamino, carcomidas por descuido o indiferencia. Algunos fragmentos rescatados develan algo del misterio.

“(…) A los exploradores que antes de Tiberio recorrían el mundo les animaba, igual que ahora, el afán de lo nuevo y el asombro. (…) Aquel conocido solamente como “Almanegra” descubrió (‘algo al sur del Mediterráneo’, dijo) a mis congéneres de estatura pequeña, y decidió llevar consigo unos cuantos. (…) Se dice que allí está el origen de nuestro gran zoológico imperial (…)”.

Al afán descubridor de Almanegra lo debió acompañar considerable desorientación geográfica, ya que el pingüino descrito no se encuentra “algo al sur del Mediterráneo”, sino muy al sur de África, o incluso en las Galápagos. Probablemente el explorador confunde el Este con el Oeste, y el Norte con el Sur.

La descripción de Almanegra es uno de los segmentos más ilegibles del manuscrito. Parece que era “secretario, tutor y confidente [el orden y asociación de  estos términos tiene múltiples acepciones en el idioma original] de una guapa moza conocida como Makeda, o Balkis, que demostró ser tan inteligente como bella y rompió corazones por toda el África Central.(…)”.

El verdadero vínculo entre estos personajes permanece oculto, aunque nuestro narrador menciona una ruptura y otros rumores: “(…) Balkis se hartó de perder en los duelos de ingenio (o el secretario se cansó de que le dieran calabazas)…”. Lo cierto es que Almanegra “obtuvo licencia especial de navegación” (es decir, “patente de corso”) y Makeda, para entonces reina de Saba, “emprendió un viaje a Judea, en busca de compañía por lo menos tan inteligente como su secretario”.

pyle_pirate_candlelight_wikimediacommonsPoco más hay sobre el secretario; parece que “Almanegra” era un apodo que él utilizaba para hacerse respetar… y no siempre lo conseguía: basta ver cómo “Balkis, al partir, llevó consigo a su zoológico, no a su secretario”.

El cronista se resiste a sacar conclusiones de esto. Así ha sucedido con muchos historiadores, naturalmente reacios a morder la mano que los alimenta. Claro, también la solidaridad con sus semejantes puede afectar el apego a la verdad.

Por su parte, el ahora corsario creyó emprender un viaje costeando África, pero todo indica que llegó a otro lado. Eso no fue necesariamente malo: despistes varios han dado fama, fortuna y títulos (como el de Almirante de la Mar Océano) a otros descubridores. Así se hace la historia. (continuará)

Imágenes: Ilustración de Howard Pyle y foto de pingüinos africanos, ambas tomadas de Wikimedia Commons.

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II. Manuscrito restaurado en una pocilga

pingu_sepia1El carbono 14 proporciona datos irregulares debido a que los escombros rompieron la vasija que contenía los rollos de pergamino, pero el análisis de la ceniza de cedro y los fragmentos de barro permite suponer que corresponden, aproximadamente, al primer siglo de nuestra era. Así comienza el texto:

“Dicen que nací, como mis antepasados, en el cautiverio de las criaturas extrañas. Mis primeros meses de vida transcurrieron en los helados sótanos de un palacio que se derrumbó años después en el Terremoto de la hora Nona. A esa y otras circunstancias luego afortunadas debo mi color, que es negro bajo techo y pardo a la sombra, aunque algunos dicen que resulta cobrizo bajo el sol (…)”.

Esta interesante característica parece tener varias interpretaciones. Una fuente dice:

“Quizás uno de cada 50,000 pingüinos de casi todas las especies nace con plumaje de color café, más bien cobrizo, en lugar del negro característico. Estos pingüinos son llamados Isabelinos, posiblemente en referencia a la archiduquesa Isabel de Austria, de quien se decía que había prometido no cambiarse de ropa hasta que su marido no consumara la toma de Ostende, que le llevó tres años”. (Wikipedia, 2007)

A su vez, nuestro protagonista ofrece, al continuar la narración, una interesante teoría:

“Mi padre me enseñó a recostarme en la arcilla fresca del piso, y con el tiempo aprendí, jugando con los cerdos, a construirme corazas de tierra. Las mujeres que nos cuidan, algunas de ellas alfareras, descubrieron que las propiedades aislantes de mis plumas refuerzan las bondades del barro cocido, así que en cada época de muda las recolectan. Las vasijas de barro y pluma conservan fresco su contenido por mucho tiempo, ya sean granos, harina o hasta la masa del pan”.

Los datos hoy disponibles no permiten saber cuál explicación es la correcta, en parte por las continuas modificaciones que sufre la enciclopedia virtual, y en parte por lo fragmentario de nuestro manuscrito. Este investigador, sin embargo, se inclina por la asepsia. (continuará)

Imagen: Interpretación “paleográfica” de una ilustración en el manuscrito (gracias, FotoMadrina).

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Primera Parte: Una investigación difícil

Tal vez te preguntes por qué incluir esta pequeña figura en la representación de un acto que, según dicen los que saben, simboliza la máxima gloria de la naturaleza y la trascendencia del espíritu.

Si él hubiera sabido lo que tú pronto leerás, el querido loco de Asís habría recibido con alegría al pingüino en el homenaje que ideó para honrar a su Salvador. También creo que el juglar de la Porciúncula (ese que en su chifladura hermanaba a la luna, al arroyo y al lechón) reiría con esta historia, que otro loco, el que esto escribe, se ocupó de investigar para ti.

Muchos piensan que los animales, plumíferos, lanudos o lampiños, con pezuñas, garras o escamas, son criaturas torpes y bastante bobas. También, estoy seguro, más de un par de ojos querrán hallar en lo que sigue referencias ocultas que no existen; cada quien usa la imaginación como puede.

BabyTuxSitAlpha-wikimediacommonsHoy, muchos animales, entre ellos el pingüino, son símbolo global aun cuando haya quienes los señalen como algo fuera de lugar. No importa: ellos seguirán allí tan campantes.

La verdad (no te sorprendas) es que todas estas criaturas pueden hablar; uno de ellos dejó como testimonio algunos apuntes que, por palidecer en importancia frente al Manuscrito Q o los rollos del Mar Muerto, habían pasado (hasta ahora) inadvertidos.

Fue una feliz casualidad (y no una provocación, como algunos dicen) lo que me permitió rescatar esta historia, algo inconexa por su naturaleza, pero sin duda interesante. Ya juzgarás si valió la pena el esfuerzo que el cansancio y la modestia me impiden evaluar. (continuará)

Imagen: BabyTux, símbolo de Linux. Tomado de Wikimedia Commons.

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Explicaciones Inspiración pura Marranadas

Especial de Findeaño: Prólogo

Una de las tradiciones más entretenidas de la época decembrina es el “Nacimiento” o  “Belén”, iniciativa de Francisco de Asís que ha servido tanto para divertir a chicos y grandes como para crear versiones que son auténtico gozo contemplativo y maravillas artesanales.

Chanchimiento.Así como hay quienes apenas lo toman en cuenta, otros se esmeran construyendo montes, lagos y casitas con cartón, heno, musgo, espejos, papel de colores, luces y hasta agua. Otros más coleccionan todo tipo de personajes, cuidando que “hagan juego” con determinadas épocas, estilos o costumbres, para enriquecer la puesta en escena y provocar admiración (como éste tropical que apareció hace tiempo en la pocilga).

Uno de esos belenes (cada año distinto, pero siempre magnífico) inspiró a cierto Chanchopensante una simpleza: “ocultar” entre los personajes a un intruso, para diversión de los espíritus infantiles y pasmo de algunos adultos especialmente celosos por la integridad artística del conjunto. Ante los hechos consumados aparecieron (ya lo esperaba) indignados argumentos de especialista, que exigían reparación inmediata: ¿a quién se le ocurre poner un pingüino?

Así surgió Crónica y aventuras de un pingüino en Palestina, miniserie de alucinación desbocada investigación prehistórica –de 2007, Antes de la Pocilga– que ahora podemos presentar a ustedes, amigos y visitantes del chiquero, gracias al gentil permiso de la fundación provocadora, digo, patrocinadora.  En señal abierta y sin acreditación de National Geographic. (continuará)

Imagen: Artesanía yucateca con todo y chancho.

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