Siendo así
Yo quería pasar desapercibido, pero no me dejaban. A veces era uno el que me arrancaba los lentes, otro escondía el portafolios, uno más allá se robaba mis cuadernos y útiles. Al llegar el profesor de turno, calma chicha y nadie vio nada.
Por eso la adolescencia me llegó como bendición: antes flaco y enano, ahora macizo y grandote. Así, en un solo curso recobré lo que seis años de humillaciones me arrebataron, incluidos unos lápices de colores nuevecitos, aunque nunca me ha gustado dibujar, ni sé hacerlo especialmente bien.
Ahora voy al gimnasio todas las tardes, y en la mañana me dedico a los golpes. Ya entendí que, si lo hago con cuidado, nadie hablará cuando llegue el profesor a preguntar quién es el bravucón.
Relato escondido el 25 de agosto de 2011 entre los comentarios del blog Las historias, de Alberto Chimal, y rescatado hoy para la pocilga, porque sí.
Tríptico de lluvia
I.
Por la ventana abierta entran aromas de recuerdos, no siempre viejos, pero por ser recuerdos reaniman la nostalgia. “Aire de lluvia”, decían los abuelos.
II.
El sonido del trueno nos recuerda que Nana decía: cuenta los segundos, siéntete a salvo y pide un deseo. Después, el relámpago es sólo la rúbrica del que escucha.
III.
Así como aquí es de día, allá es de noche. Alguien duerme, alguien sueña. Alguien siempre. Por eso los recuerdos son, a la vez, volátiles y eternos. Como la lluvia.
Reacción escondida el 29 de julio de 2011 entre los comentarios del blog Palabras Voladoras, conocido por todos ustedes (y quien no lo conozca, ¿qué espera?). Rescatado hoy para la pocilga, porque sí.
La letra sin salsa entra
Una historia que se antoja. Provechito.
AVISOS PARROQUIALES
Hoy, hace 50 años, el maestrísimo Joaquín Lavado parió a la Mafalda y su pandilla. Bendito sea, por muchos años, el inigualable Quino. [CORRECCIÓN: San Quino dice que la Mafalda es más joven, y que su cumpleaños es en septiembre. Ya festejaremos entonces, que pretextos sobran. Y gracias a Jolie por el dato.]
En otras noticias, los motivos de la ausencia permanecen, pero la terquedad de ignorarlos también. Estéi tuned.
A veces, sucede que algo sucede (valga la redundancia). Y cuando eso ocurre, hay que acudir.
Acompáñenme, si gustan, a la aparición mensual en Escribidores y Literaturos, con buena tierra.
Brotes. Se ocupa asombro y paciencia.
Ootra de tráfico.
No estoy seguro que esté o que he estado en este puente hoy, ayer, la semana pasada, el año pasado… Lo que si se es que en este momento con gusto lo haría, ya traigo la maleta y los tenis allá atras, la playera, los chors, y de una vez podría matar 2 pájaros de un tiro: hago esa carrera pendiente de 28 kilómetros sudando la camiseta a cada paso y llego a casa antes que toda esta bola de weones.
¿Y el auto?
Ese se cuida solo. No sería la 1° vez que se lo llevan al corralón.
Además, correr de noche es bien bonito.
Dust in the wind.
Y aunque a últimas fechas no hemos tenido días de mucho viento, por la pocilga empiezan a volar las motas de polvo y pelo cuando uno se asoma hacia adentro.
“Eco eco eco eco eco….”
Hace algunos posts recuerdo haber prometido el ansiado regreso del dueño de las quincenas de todos ustedes, público conocedor, pero ¿qué creen? que todo parece tomar un tinte más negro, ai nomás al son de
…me ausentaré de la casa de los trinos hasta nuevo aviso
y si eso es de tan famoso espacio de letras e ideas, ¿qué será de nosotros?
¿Hasta cuándo la orfandad?
Entre que si regresa y no, pues en siguientes entregas, vertiré algunos pasajes del deporte de los jadeos y los tenis gastados, y la inevitable cercanía de un siguiente compromiso maratónico en la ciudad luz.
Y esperamos que regrese, porque…
Bueno, salud y carnitas para todos.
De leer también se vive
Ya hace tiempo que la noticia de este magnífico video ronda el planeta. Dura un ratito, pero la paciencia tiene sus recompensas, se los aseguro (hasta acaba de ganar el Academy Award mejor conocido como Oscar; aunque eso no es lo importante). Gracias a Pelusa por haberlo enviado acá primero, y a ustedes, por estar. Quedan en buena compañía.
The Fantastic Flying Books of Mr. Morris Lessmore
https://www.youtube.com/watch?v=BVtI0Yb_Enc
Una tarde de febrero.
Las esperas siempre son difíciles.
Sobre todo aquellas que son inciertas,
en las que no se sabe qué va a pasar.
“Así como para cuándo, joven”.
Y es pregunta.
Obvio sin respuesta.
Tic tac tic tac…
Tic tac tic tac…
¿Ya? ¿ya? ¿ya ya ya ya ya ya?
Changos. Entre el tuiter y la neurosis colectiva, la gente vive boca abajo.
Ya, por favor.
Ya.