Este fin de semana (y la luna de octubre) me trajeron a la mente una historia dedicada a los niños y niñas cuya parentela B-15 visita esta pocilga. Saludos a todos, conocidos o no.
Y felicidades a Inés.
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Había una vez un niño que decidió cazar al conejo de la luna.
Todos los días practicaba tiro al blanco con latas viejas que ponía sobre una barda, y todas las noches (especialmente las de luna llena) subía el cerrito cercano para intentar alcanzar a su presa, aunque sus amigos (y quizás algún maestro) se burlaran de él.
Pasó el tiempo. El niño se hizo pastor de ovejas, porque vivía en el campo y tenía que ayudar en los quehaceres de la granja, pero no le caían bien los cerdos ni las gallinas, a pesar de que unos son más limpios y las otras menos ruidosas de lo que la gente cree.
Una tarde, cuando regresaba a encerrar a los animales, descubrió las huellas de un zorro al pie del enrejado. Sabía que su papá lo había construido bien, pero también recordó que, jugando, había descubierto algunos alambres sueltos, lo suficiente para rasgar sus pantalones. Tal vez…
Esa noche, después de la hora de acostarse, salió por la ventana de su cuarto y trepó al árbol que le daba sombra a la casa, con algunas piedras y su resortera favorita.
Hoy, todos los depredadores saben dónde vive el mejor tirador de la región; nadie se burla de él, y los animales de la granja viven felices.
El conejo de la luna aprendió a esconderse, por eso no todos pueden verlo. Pero estoy seguro de que sigue allí.
11 replies on “El pastor y la luna”
Cuando de niña supe del conejo que se escondia en la Luna no podía dejar de verla buscando su figura, con el tiempo se me olvido solo la veía pensando en su relación con momentos de romanticismo. Pero justo en este octubre cuando iba caminando en la noche la volvi a ver y descubri esa figura del conejo, lo que me trajo a la mente la niña que se imaginaba toda esa historia. Gracias por ayudar a recordar.
Yo lo he visto en innumerables ocasiones. Y al conejo, no al hombre que habita la luna, porque según otras historias, también hay un machín allá en el círculo de queso.
Casualmente, hoy estaba viendo en la televisión los efectos de una luna llena en los seres humanos… He llegado al trabajo y me encuentro con tu escrito.
¿Fabulous, no?
NTQVCA: A mí también me cuesta bastante encontrarlo a veces, por eso lo imagino escondiéndose. Gracias por comentar.
Lau: Eso del machín podría servir para otra historia; pero necesitaría a una dama narradora…
El conejo se esconde del niño, pero a veces ese niño que llevamos dentro quiere esconderse del conejo que no es más que un recordatorio de nuestro eterno “peter pan”. No hay como escuchar las historias de un niño, para saber cuan niño se puede ser. Un abrazo grande al niño Ivanius.
Ojalá y ese niño no ande por acá pues yo realmente disfruto viendo al conejo en esta hermosa luna de octubre (cuando se deja ver). Albricias por la vuelta a lo interno en cada uno de nosotros, con o sin resortera, un abrazo!
Mara: Unos niños practican con la resortera, otros con zapatillas de ballet… otros juegan o trabajan frente a (o atrás de) las cámaras.
Paloma: Sin duda, la imaginación ve más allá del smog.
Abrazo para ambas.
Yo lentro, yo lentro, seré su dama narradora si así me lo permite.
Lau: Me da mucho gusto tu ofrecimiento, porque sin dar(me) cuenta le abrió más posibilidades a lo que intentaba hacer con la historia lunática.
Lo que pretendía decirte es que hacer una historia sobre el hombre en la luna se me haría interesante si la contara una mujer, en este caso tú. O sea, pretendía ser una invitación a que tú escribieras una historia sobre el hombre en la luna. Y la respuesta que pones como “dama narradora” me hizo pensar en que tal vez:
a) Ivanius puede escribir una historia sobre el hombre en la luna con un personaje-mujer-narradora llamado Lau;
b) Lau quiere escribir una historia sobre el hombre en la luna;
c) Lau e Ivanius podríamos intentar escribir una historia a cuatro manos sobre el hombre en la luna… que incluyera un hombre en la luna que podría ser Ivanius… y una narradora que podría llamarse Lau…
d) Una combinación de las anteriores.
Woooooooohhhh!!!! Todas las opciones suenan re interesantes.
Trabajaré harto sobre mi próxima narración del hombre en el círculo de queso pa no defraudarlo.
Si llegara usté a ser el hombre en la luna en la historia mía de verdad que se verá en muchos predicamentos porque tengo tantas preguntas qué hacerle…
¡Acecto la propuesta!
Awww… ese lo lei en la primaria. Awwww…. Buenos recuerdos, aunque yo nunca lo he visto, eso me convierte en una persona mala o simplemente en una niña que no vio demasiadas caricaturas?
oooorale, que bonito!!, esta muy padre tu cuento!
tu crees que por eso se me esconde?… tengo buena punteria.. eso es cierto.
mmmm…
aah!, que bonito!
gracias!
besotes