Qué bien se siente llegar temprano en un día soleado. Tras el deber cumplido, un lugar apacible y luz natural.
Aún no necesito encender nada; podría sentarme a leer.
Damn, se fue la luz. Ya entendí por qué es bueno tener teléfono alámbrico. No estoy seguro de que mi celular esté cargado. ¿Y si llama y me quedo a media conversación? Mejor le mando un mensaje para que no me hable.
Sin electricidad tampoco puedo buscar reseñas de la película; va a pensar que soy un improvisado o un informal si nos vemos aquí. Peor aún, creerá que no puse atención cuando dijo que se le antojaba el cine “de arte”. Mejor le hablo.
Ah, pero no se me dan mucho esas conversaciones. Ni siquiera en tuíter, donde los 140 caracteres son demasiados para decir tonterías y muy pocos para conversaciones relevantes. Decir sólo “al rato nos vemos” sale más barato por teléfono, pero así seguro habrá pleito. Lo de después, ni hablar.
Qué bueno, ya regresó la luz. Justo a tiempo para disponer mesa. ¿Dónde habré dejado el teléfono? Ya oscureció, pero qué flojera encender luces para buscarlo. Hay que ser responsables (aunque dé pereza); ya mañana aparecerá.
¿Y si me llama? Mejor pongo a cargar el teléfono de una vez. Claro, tengo el celular, pero ese es sólo para emergencias.
…
Allí fue cuando llegaste. No es necesario contar lo que sucedió después, porque una vez cerrada la puerta, es poco lo que hace falta encender: para eso basta la luz de las velas.
Y después un café.
7 replies on “I Java Dream XIII”
¿y esto lo escribió o lo soñó? 😛 de haber sabido le hubiera prestado la cerilla del twitter hubiera llegado en menos de 140 caractéres.
Sale pues, después un café, pero con leche.
¡La cantidad de pensamientos que cruzan por la mente durante una espera! Y afanarse por complacer, es complicado, pero muy satisfactorio si es bueno el resultado.
Saludos Mr. Ivanius, te sigo leyendo.
Ivanius
A veces quisiera creer que es posible difuminar la línea que separa al deseo de la realidad; que tal vez, en una suerte de acto de magia, el sueño y el deseo pueden impregnar a la realidad con sus efluvios. Me gusta soñar y cenar a oscuras (o con velas, veladoras lo que sea… un pabilo), lo malo es que a veces sí hace falta la energía eléctrica… al menos para encontrar los cerillos y los platos, jeje.
Abrazos ya sin lluvia (ayer tarde/noche, lluvia interminable y seis horas sin energía eléctrica)
Para lo que pasó después no es necesario siquiera la luz de las velas que con los destellos de los ojos alcanza para ver lo que quieras si es que acaso quieres ver que con tocar es más que suficiente.
Me gusta mucho como escribes. Gracias por invitarme a visitar tu rincon pibil, jeje!
Sorry que no tengo acentos!
Un beso.
Ayer justamente pensaba en tus java dreams y se me ocurría que yo tengo muchos propios
alguien con tanto café en su vida los debe tener
no sé cual sea el destino de estos escritos pero se te ha ocurrido reunirlos en una publicación del mismo nombre?
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mi preocupación hubiera roto el ritmo y buscado desesperadamente la forma de comunicarme… sin esperar la luz.
Abrazo
Jolie: Tal vez ninguna de las dos, o ambas. 😉 Es bueno saber que la luz no sólo llega gracias a los alambres.
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Pherro: Así es; la espera tiene recompensas que hacen olvidarla. Sale un exprés cortado. Saludos.
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Marichuy: Aunque haga falta, la creatividad hace interesantes a los sucedáneos… y alimenta la inspiración. Abrazos con no-break.
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Malquerida: Después… ya era de día. O era otra historia.
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Luna: A la orden, con todo y pibil, ya sabe. Gracias por venir. Beso.
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MV: Toda comunicación tiene vías y momentos insospechados para quien sabe esperar. O quien tiene una linterna. El café alimenta muchas historias, así que…
Abrazo.