En alguna caja encontré hace poco un trozo de foto, entre los sobres viejos de las antiguas musas.
Junto a ella, en lo que pensé que era una carta pero resultó un sobre vacío cuidadosamente doblado, leí un nombre de mujer junto al de un país que no era el mío, y encontré un mechón de cabello no tan misterioso, que me hizo sonreír primero sin malicia.
Pero me costaba trabajo recordar por qué ese fragmento de foto, donde sólo aparece un poco de arena.
¿Significa que la rompí, o que la guardé por algo? Ni idea.
Mientras intentaba pensarlo, poco a poco la escena se me presentó cuando no era imagen. Cuando estuve allí. Entonces, es verdad, nada me importaba más que esa esquina de la playa.
La arena no era blanca, sino… color arena, como dicen quienes no conocen el Caribe.
A partir de entonces sólo pude contemplar ese fragmento de recuerdos, hasta que Benedetti se entrometió en mi memoria y desperté.
4 replies on “Navegante III”
Y resulta que Benedetti también se entromete seguido en mi memoria… El color arena de la arena que ya no es blanca…
No había tenido la oportunidad de leerte… Ahora que lo hago me alegro de hacerlo… Voy de pleonasmo en pleonasmo…
Gracias también por el comentario en mi blog… Quizá tengas razón y las respuestas que requerimos en la actualidad podamos encontrarlas en los recuerdos que el pasado nos ha ido dejando…
Si pues, se me adelantó usté, maestro.
Acá laburramos DosChanchosDos, a cual más de pensantes, y eso sí, muy decentes.
Saludos Lau, siéntase usted bienvenida a esta pocilga.
Lau: gracias por la amabilidad al comentar el texto… y también por confundir/halagar a este ChanchoPensante. La pocilga y todas sus “porcinalidades” quedan a sus órdenes.
Ah… Nada más agradable que la bienvenida a una pocilga de éste tipo… Ahora la halagada soy yo…