Soy un infractor impune.
Y lo reconozco. Pero es sí, no porque yo quiera.
En mi historia tengo registrados varios encuentros con los guardianes del tránsito en la ciudad; es más, hasta tengo incidentes de tránsito en el gabacho, aunque a dios gracias estos sin la intervención de los “correctísimos” oficiales en moto o patrulla; y aún así, el saldo resulta a mi favor.
No sé si esto que escribo va a ser un consejo, un choro, o un manual de procedimientos sobre cómo salir valseando de un embrollo automovilístico cuando hay canes uniformados de por medio.
Veamos:
Sábado por la noche.
Calle solitaria.
Me bajo del auto porque me parece que una llanta está baja. Apagao el auto, las luces y reviso. Regreso y ps nada, todo en orden.
Retomamos la marcha.
No bien avanzados 50 metros, una moto de tránsito me flashea la torreta y la luz de la moto. Yo, confiado, me orillo. “Ps cuál es el problema, venimos bien ¿no?”. Pues no güey, traes las luces apagadas. Verifico y entonces sí, sudo frío. “Demonios, no traigo la licencia”.
Se acerca un “oficial” y al son de “buenas noches caballero”, me extiende la mano para saludarme. Dudo varios segundos si dársela o no, porque es muy apestoso ese gesto de su parte; y el güey se empieza a poner nervioso que no lo pelo. Al fin se la extiendo y aprieto con todo, entonces él la retira dolido, y se pone hostil:
– “Sus documentos por favor”.
– “Deme un segundo”. Saco la tarjeta y se la doy.
– “Su licencia”.
– “Mmm. Esa no la traigo.”
– “¿Puede bajar por favor?”
Creo que si hay una siguiente, tendré que trabajar en eso, porque al bajarse, se está aceptando un diálogo desos en corto.
Ya abajo, el güey me dice que la multa por no traer licencia es corralón directo, y que “ps se le hace mala onde llevarme, en sábado por la noche”. Yo sintiendo que me hierve el buche digo:
– “Bueno, vámonos”.
Se le desorbitan los ojos y atina a decir:
– “¿Deveras?”.
– “Si, no traigo dinero y no pienso darle un centavo a usted. Vámonos”
Se pone gallo el güey, y muy dignamente me dice que lo siga. Nos dirigimos al corralón de Barrientos.
Se echa a andar despacio y de repente, acelera. Lo sigo.
Pasamos un tope, una bocacalle, y el güey demuestra que es un dechado de procedimientos para manejar: direccionales, intermitentes, freno, límite de velocidad… Y entonces se estaciona y me hace señas.
– “¿A dónde se dirige?
– “A mi casa”.
– “Ire, tenga su tarjeta y váyase con precaución. No olvide encender sus luces. Que tenga buena noche”.
Así que en dos ocasiones más, la historia ha sido la misma aunque en circunstancias diferentes; tales como un auto nuevo sin permiso en su viaje inaugural, y un foco apagado al frente otro día.
Hasta la segunda vez, me parecía “algo divertido” el asunto.
“Chinches policías, les da hueva llevarte al corralón porque pierden tiempo para morder… ja-ja”.
Pero el viernes sí sentí que algo está MUY mal, y neta… no sé.
Traté por un momento de hacer pensar al pobre idiota que me paró, hablándole de que todos estamos cansados de la corrupción, y que no habría porqué negociar la ley, que porqué chingados no me llevaba y me yo tenía mi merecido por olvidadizo…
El contestó: “espéreme, voy a ver con el comandante”.
En ese momento supe que todo había valido madre.
8 replies on “Cero y van tres o ¿esto es justicia?”
Y sé del caso de un extranjero, muuuy cercano a mí, que la primera vez que enfrentó a un tránsito “destos que le dicen”, y le fue solicitada la reglamentaria mordida, sacó la cartera y el billete en gesto muuuuuuuy ostentoso, grandilocuente, casi como si estuviera en la ópera. El patrullero, aterrorizado, le increpó”-No, pss pérese,¿qué hace?” El extranjero, amañado y astuto le respondió: “Dándole el dinero que me solicitó, usted es la ley y yo lo obedezco, ¿no es así aquí?” El pobre patrullero tartamudeó algunas incoherencias monosilábicas, subió a su patrulla y se fue. Mordida NO consumada.
yo los choreo-mareo con rollos de civismo, de derecho y politica y cuando ya se cansaron de escuchar, en varias ocasiones la respuesta ha sido casi similar: se ve que usted es estudioso y lee mucho, andele tenga ya su licencia y pongase a leer el reglamento
por supuesto: 0$
en L.A. un oficial casi me lleva a la corte cuando un pariente le hizo la insinuacion de un billete de 20…!!!!
Chale, puedo decir algo sin ser exiliada de este espacio al que tanto aprecio?
Es una desgracias que no seas chica… gracias a esta situacion me he salvado de ya varias y severas multas sin soltar un misero peso y sin siquiera negociar, ya me agarraron en Polanco, de noche y en sentido contrario y me limite a decir, si oficial lo se, entiendo mi error y acatare la multa que se me imponga y recibo un, tenga mas precaucion señorita…. Eso me ayuda a concientizarme, y si no creo en la corrupcion, se me hace detestable, pero he caido en errores garrafales… Solo sea mas cuidadoso jovenazo…
La conclusión, entonces, es que de a tiro hay que estar por los suelos para consumar la famosa mordida.
O bueno, desesperado-sin dinero-casi muerto, o sin licencia ni madre.
Chales.
Mmmmm… Yo no tengo carro… Bueeee, ni manejar sé!!!
Aunque llevo la lectura un poco atrasada, estoy a punto de ponerme al corriente pero no quería dejar pasar la ocasión de agradecer-LE(S) todo el jardín florido que me endilgaron y que aún no se si merezco; eso sí, prometo que trataré de estar a la altura.
En particular, celebro que no hayas caído en la trampa de soltar el varo, tradición bastante deshonrrosa. Y como veo que por aquí han ido dejando comentarios de cómo hacerle just in case, yo nomás comento que a mí me ha funcionado, el apuntar el número de placa del poli apenas me detiene y cuando pregunta que qué estoy haciendo, nomás le digo que es pa’ saber con quién tuve el encuentro…
Oiga Lau, ps si en una de sus entradas dijo que “todavía no sea animaba a sacar su patas de hule a la calle”. Aver, elabórenos más ese punto en su bló. Estaremos esperando.
Ay Paloma, no se fije, acá en esta pocilga somos fáns porque queremos.
No nos acomoda la netiqueta famosa de los blog; acá no andamos arrastrándonos por tráfico ni nada por el estilo, lo que nos gusta nos gusta y san siacabó.
Gracias de nuez.
Listo, Alberto, en mi bló encontrará la explicación pa que no se me ande desvielando…