Escribir es una actividad de minero, de talador, de alquimista, de jardinero. Exige manchar las manos en el frío del oficio, esculpiendo a golpe de tinta y electrón algo que no sé bien a qué o a quién se parece… hasta que termina. Sólo entonces, al final de la obra perseguida.
Por ese instante es todo el afán. Para eso gasto sueños y sangre: para construir refugios de palabras.
A veces, el agotamiento de vivir en todo lo que no son letras me impide pensar en ellas. Pero el cuaderno es implacable con su estridente coro de vacío. Aun cansado, hay que escribir otra sílaba, una línea, una frase… para que la fatiga se diluya.
Por culpa de ese breve instante, ese fulgor y otros detalles y gestos me transforman (desde una sonrisa hasta las carcajadas torrenciales del “chiste local”; desde un saludo envuelto en éter hasta el inescapable abrazo). Entonces experimento una felicidad que agoniza en su mismo nacimiento.
Dura muy poco: lo suficiente para exprimirle un par de letras al silencio… y seguir adelante.
5 replies on “Palabrería cotidiana III”
Hoy no soy gitana, ni ciclista, ni artesana, hoy soy sólo Ga rompiendo la palabrería cotidiana y el silencio sin ninguna razón, sólo escuchando el viento que se filtra entre el sonido de una y otra canción en mis audífonos y leyendo sueños que se dicen desgastados que también me ayudan a seguir adelante.
Ándele. Ues le regalaré una Moleskín a la primera que vea una por ahí.
Fíjese que usted es uno de los pocos que todavía usan cuaderno y pluma (fuente).
Para mí, este texto es un placer y un espejo. Interesante puesta en escena de la cotidianidad del que escribe. Albricias también por los 50 libros leídos… somos una raza en extinción pero que, por fortuna, todavía patea. Dejo un fuerte y sincero abrazo.
Venga, venga.
Me siento cada vez más feliz de que gente ilustre nos visite.
En algún momento pensé que esto de los blogs estaba reservado para gente ssssacáaaa, cuuul, cronista de la mamarrachada, el pastelazo y el cotilleo encarnado.
Agraciadamente veo que no. Que Hay gente -Gracias, GA; gracias, Paloma- que se toma el tiempo para leer, y de paso reconocer el talento de mi querido consultor editorial de cabecera.
Salud por eso, y otra vez gracias.
Señorita Ga: usted siempre disipa la palabrería con frases acertadas.
Alberto: Urge diseñar una Chancholibreta.
Paloma: Lectora que escribe textos plenos del gozo de escribir. La cereza en el pastel es que, además, nos visite. Bienvenida a esta casa, no tan barrida, pero abierta a esta raza pateadora… por lo menos hasta que nos hagan paté.
Gracias a todos.