Las palabras, no las personas, son mis ranas.
O a lo mejor sí son personas-personajes, como Tom Sawyer, Nils, Mowgli, Allan Quatermain, Gandalf, Sherlock, D’Artagnan (más bien Porthos), Dan (el consentido de Jo March), el Sombrerero, Momo, Shatterhand, Miguel Strogoff, Dick Shelton, mi inolvidable Gabriel Syme y el incorregible Azazel, entre muchos otros… sin olvidar, por supuesto, al Caballero Desheredado.
Las demás ranas y sapos no las guardo en mi maleta: departen y comparten, al calor de brebajes, cuartillas y cazuelas, electrones, anécdotas y trazos, goles, moles, tequilas y jaiboles, códigos, palabras y compases, collages e ilustraciones, barro negro y colorado o de colores, carreteras, trincheras, lunas, estrellas y soles, acciones y pasiones, besos, abrazos, sesos y bostezos, carcajadas y sueños, con este chanchosapo en que la vida me ha convertido.
Esos gozos, recuerdos y dolores son trama y escalera de la vida. Así está hecha para que descubramos cómo hacer de cada instante un salto inmortal e inolvidable.
5 replies on “La palabra salta”
Es mi imaginación o ¿andamos todos poblados, invadidos y habitados en este barrio? ¡Qué bien! Salud por eso. Vengan los susurros de aquellos que nos contaron sus vidas, para rumiarlas de nuevo, y saber que tan vivos están gracias a nosotros.
Abrazo.
Y si en lugar de ranas nos conseguimos un trapecio?
Uyyy y yo estoy pensando si doy el gran salto,
tú qué opinas?
Necesito mucho valor…
¡Qué gran placer meterme en tu maleta! Me encantan estas ranas saltarinas, también llenas de brío y sueños, de diversión y ganas de vivir. Este salto mortal e inolvidable se me queda, para siempre, en el corazón… desde hoy, además de Chancho fan, soy suya de usted, con el debido respeto, claro. Muchos besos saltarines.
Mara: Habitados, compartidos y conversantes, por verdadera fortuna.
GA: Felipe no dejaría poner un trapecio a menos que sólo sea uno y que él empuje. Dizque porque no le gusta quitar los pies del suelo. Eso dice, pero siempre mira hacia el cielo, así que no le creo mucho.
MaLqueRidA: Cada instante es una chispa inmortal que prende, contagia… y descubre un arsenal de luces para avanzar en el camino. Por eso, si hay obstáculos, se vale brincárselos, con los ojos abiertos.
Paloma: Shhh, que el Chancho se pone receloso.