Los primeros instantes del día (es decir, cuando despierto) son para mí una maraña de confusiones y semi-sonambulismo. Pero también están entre los momentos más extrañamente creativos.
En los minutos que transcurren entre el sonido del despertador y el momento en que A FUERZAS tengo que levantarme, han aparecido, por ejemplo: las penumbrosas palabras de muchos de mis escritos, algunos gozosos sueños repetitivos (al grado de levantarme entre carcajadas), e incluso (como manda el cliché) la solución de algún problema que el día anterior le encargué a la almohada.
Por supuesto, esto sería genial y maravilloso… si pudiera controlarlo a voluntad. La mayoría de las veces, sólo es posible descender a la normalidad con un café, preferiblemente caliente, y cien por ciento cafeinado.
Mientras encuentro la manera de domesticar “Pavlovianamente” la creatividad, no he encontrado nada mejor para alinear las neuronas.
Qué decir de los ocasionales y no tan ocasionales desvelos maratónicos, por trabajo o por otras causas más, digámoslo así, pedestres. En esas ocasiones, el café sigue siendo la bebida energética por excelencia, una que además es fácil de conseguir donde quiera, en todo tipo de variedades, desde el más exótico (y costoso) café gourmet hasta el humilde y eficaz instantáneo.
Elíxir maldito, hidromiel oscuro, aromático brebaje. Que viva el café.
2 replies on “I Java Dream”
te falta la parte del focusing (que yo tampoco encuentro y sigo buscando)….el cafe no me ayuda a buscarla pero me resulta altamente placentero gozar, primero del olor y depues del sabor del cafe…
infinidad veces he manejado el auto con el cafe del dia (del starbucks) saturandome en el camino con el terapeutico y casi siempre filosofico aroma del cafe.
voy a vender cafe de olla en una esquina… (con harta canela para jalar mas gente con el olor)
Eso es cierto… la famosa invocación matinal de “wake up and smell the coffee” encuentra su ejemplo perfecto en un cafecito de olla preparado como mandan los cánones.
Yo me resistí a conocer el café de la supercadena “gourmet” hasta que un inapreciable amigo me convocó allí para una sabrosa plática… a la luz de la cual, por cierto, surgió la idea del ChanchoPensante. Así que podríamos decir que el café es la bebida emblema de la pocilga.
Gracias por el comentario.