Para conmemorar el inicio del segundo centenario de este su chiquero predilecto, nada mejor que un diamante.
Esta vez, la tecnología ha encontrado una manera digamos especial de conservar las joyas de la familia… o algo así. LifeGem. Para amores de 24 quilates.
Con este rincón insólito, la pocilga regresa a su programación habitual.