“Maquiavelo contaba en una carta que cuando estaba en su biblioteca conversaba con los antiguos, olvidaba sus penas y no le temía a la muerte“.
El sedimento que dejan las letras en el alma es, creo, esa buena tierra de la que hablan las parábolas. Allí –con paciencia y algo de talento y ciencia, dirían mis abuelos– se pueden sembrar las propias voces y silencios, para que rindan frutos.
Que resultan amargos, a veces sucede; que no siempre se logran, ciertamente. Pues vuelta a empezar, que el cuaderno de apuntes sigue allí, y su objetivo no es recibir siempre prístinas letras, sino alojar bocetos y borrones, balbuceos y exabruptos, divagaciones, desvaríos y debrayes, ingredientes todos para el sorprendente guiso.
Dicen que sólo la cocinera sabe lo que echó al caldero. Pero sentarse a la mesa es otra clase de magia, también digna, y comer hasta quedar satisfecho nunca es trivial.
Por eso digo que no sé si a causa de leer es que escribo, ni me importa dar paso a las palabras como homenaje, juego o desafío.
Me gusta escribir, sembrar palabras, porque leo, y porque cuanto otros sembraron (y siembran) en mí aún rinde sus frutos, y aún sacia más de un hambre.
Leer, antes, es piedra de sed. Después ya no es leer, pero también. Bendito sea.
9 replies on “Razones de letras I”
Más que tratar de hacer un comentario, decirte que siento mucha identificación con tu texto, todas las proporciones guardadas, por supuesto, Maestro.
Y sentir un poco de envidia también, la verdad, por varias cosas, sobre todo por carecer de tiempo para leer.
Cuídate Ivanius, luego nos leemos.
¡¡Ahhh, saludos al compinche!!
Me gustaría conocer el campo de donde has cosechado y sobre todo continuar leyendo los frutos. Quizá tú seas campo que colabora en mi siembra. Un abrazo! =)
Ivanius…
Je te trouve vachement Machiavélique mon ami!!!
¡Don Ivanius! Casi casi me hizo usted llorar. Este post es bellísimo, séntido, certero. Hay que guardarlo como piedra preciosa en el corazón. Gracias por compartirlo y por hacernos vivir eso que tantas veces pensamos y no lo ponemos en palabras. 2011 emocionados de acá.
Ivanius
Estoy leyendo un libro (lo compré ayer) que en sus primeras páginas dice algo así como que los libros al quedarse solos en el librero dialogan entre sí y por ello, es posible que una noche El Viejo de la novela de Hemingway dialogue con Emma Bovary, mientras Ana Karenina los escucha.
Abrazos leídos
My heart’s salty because of your words…
“Que el cuaderno siempre está ahí”… Lo cierto es que cada que regreso a esbozar algún vestigio de mi existencia en eso que llamo blog, recuerdo que tengo que pasar a leerte para adquirir nuevas enseñanzas…
¡Abrazo chanchito!
Tu siembras y yo vengo como los pájaros negros de las siembras a comerme tus cosechas, lo bueno que no tienes espantapájaros o espantahongos así me puedo robar lo que quiera.
Don Pherro: Un gusto siempre, encontrar espíritus y letras afines. El tiempo, ya lo dijo Einstein (o no), es relativo para todo, no sólo para leer. Saludos de ambos; nos leemos.
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Luna: Poco a poco aparecen los “frutos del campo”, que así deben estar, al alcance de quien quiera disfrutarlos, para seguir gustando de ellos, y sembrando. Abrazo.
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Le Cid: Juste un peu, mon ami.
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Paloma: Igual me pasa con su comentario. Gracias por estar. 2011, siempre.
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Marichuy: Hay otro por ahí con una premisa parecida: Héroes convocados, de Paco Ignacio Taibo II, aunque allí los personajes llegan más allá de la lectura. Abrazos amenizados.
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Mr. 7w7: Salt is life’s condiment. Use it wisely.
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Lau: Qué gusto leerla, señorita. Es bueno saber que la existencia rebasa lo virtual… y deja apuntes. Abrazo.
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Malquerida: No robar, sino compartir. Alcanza mejor así. Abrazo.