A veces, hilvanar las palabras sale del alma. Otras veces, la trae de regreso.
Parece simple, por eso hay quienes lo llaman la locura de hablar solo. Pero a veces, ese mismo público resulta ser el más exigente.
Pásenle, si gustan, a Escribidores y Literaturos por mi turno inaugural de este 2014.
Ajenidades. No es un monólogo, aunque me dejen hablando solo.