En agua de colonia
bañaba a su marrano doña Antonia
con empeño ya tal, que daba en terco;
pero, a pesar de afán tan obstinado,
no consiguió jamás verle aseado,
y el marrano en cuestión fue siempre puerco.
Es luchar contra el sino
con que vienen al mundo ciertas gentes
querer hacerlas pulcras y decentes:
el que nace lechón, muere cochino.
“El lavatorio del cerdo”, por Miguel Agustín Príncipe (1811-1863). Texto de Wikisource.
9 replies on “Wash and Smear”
Tu destino estaba escrito desde hace unos siglos, mi estimado Cerdo Inteligente.
Ahora si que ni mandado a hacer.
Cuídate Ivanius, que estés muy bien, luego nos leemos.
A veces es más recomendable detenerse y analizar el comportamiento que rige la conducta. Es luchar en vano, cuando preferible invertir en sí mismo el esfuerzo, pues éste sí puede dar fruto. Un abrazo resbaloso!
¡Me encanta ésta pocilga! 😀
Mi progenitor tenía un lechoncito de mascota cuando era niño.
Era hembra y se llamaba Judy.
Judy concursó en las ferias del pueblo, para ser la lechoncita mejor criada de la localidad.
Ignoro si llegó a ganar algún premio.
Pero cuando mi Papufo habla de ella, sus ojos brillan intensamente.
La naturaleza con la que naces, no es condición fatal de tu destino.
Saludosssss Ivaniussssssss!!!
Ser cerdo no implica que sea marrano, puede ser un cerdito como po po po Porky que hasta corbata y saco tiene, eso si no lleva calzones pero creo nadie se ha dado cuenta de eso porque si no ya le hubieran puesto pantalón.
Me acuerdo mucho de una frase o no sé que sea que me hizo repetir mil veces mi profe de latín: non mittat margaritas ante porcos, para que te lo traduzco si eres sabio mi querido.
Totalmente a favor del comentario de Jess.
… no es condición fatal de tu destino. Empezando con los cerdos, animales a los que no les hemos dado oportunidad de otra cosa que no sea explotación y tortura.
Por cierto, Miru Kim dice algo al respecto.
Abrazo
¿O sea que no siempre tendré que ser un albañil…?
Cheers mate!
Don Pherro: Parece que esas cochinadas han sido tema desde que el mundo es mundo, ni hablar. Nos leemos.
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Luna: Y si el cerdo aprende a lavarse, descansa doña Antonia. 🙂 Gracias, otro abrazo.
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Jess: Pues sí, por eso dice otro refrán que “dime con quién andas…”. Judy seguramente se divirtió mucho. 😉
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Malquerida: A veces a los cerdos no les entra ni el latín ni la ropa, por eso se limitan a pasarla bien.
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MV: Pues la lechoncita Judy sería demostración de lo contrario, y de que la propia condición (por marrana que sea) tampoco tiene por qué ser fatal. Buen dato el artístico, no lo conocía. Gracias.
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piKa: Mientras sepas usar la plomada (y el aplomo)… Cheers! (And cold beers!).
¿Oyen mis carcajadas? Finísimo, don Ivanius… como usté. 2011 enpocilgados, faltaba más.