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Elogio de la lealtad

Una reflexión entre amigos de hace unos días me recordó un párrafo encontrado hace tiempo en el éter internáutico, y me parece valioso compartirlo a raíz de algunos textos aparecidos últimamente en el blogbarrio (como éste de Marichuy y éste de Pelusa).

“Tras la constitución de las Monarquías, la libertad y la obediencia quedaron sujetas a un orden racional. En las Cortes castellanas se estableció, para explicarlo, una definición clara entre fidelidad y lealtad: fiel es aquel que sigue a su señor sin preguntarse por la justicia de su causa; leal, en cambio, el que impide a su señor cometer injusticia. La lealtad es por tanto, la verdadera virtud del súbdito, que ayuda a sus gobernantes a seguir el camino recto. Porque fieles también lo son los bandoleros respecto al jefe de la partida.” Luis Suárez Fdez., La monarquía española, motor de su historia.

Sin duda es muy fuerte descubrir que la lealtad es más poderosa que la fidelidad principalmente porque para muchos, el ingrediente principal de la fidelidad es la rutina.

La lealtad tiene, en cambio, un condimento más importante: no sólo es voluntad y juramento, sino libertad, confianza, razón… y meta.

By Ivanius

Intérprete de sueños, devoto de las palabras, adicto a la imaginación. Lector irredento y escribidor repentino. Ciudadano y no me canso.

16 replies on “Elogio de la lealtad”

i, así es, la lealtad se ejerce por convicción y en libertad, y la fidelidad exige sumisión y poco razonamiento. Yo, por ejemplo, le soy LEAL a la pocilga, con el corazón y la cabeza.

Ivanius

Muy buena reflexión. Creo, espero no equivocarme, que no resulta tan fuerte asumir que “la lealtad es más poderosa que la fidelidad”, cuando nos encontramos en el terreno meramente histórico/social/político. Lo fuerte viene, cuando se trata de relaciones humanas más cercanas y afectivas. Hay quienes piden, así como dice ese texto, “fidelidad a ciegas”; un poco lo que dice la Epístola de Melchor Ocampo: “prometo serte fiel en la salud y en la enfermedad, amarte todos los días de mi vida…” Cuando estás en el casorio, se escucha tal idealizado, tan emotivo; pero si le reflexionas un segundo, ya no lo es tanto.

Finalmente, diría que no podemos ser leales con los demás, ni con ningún principio o ideal (algo démodé, por lo visto), si antes no somos leales a nosotros mimos.

Saludos y gracias por la mención

Estupendo clavado por la historia, Ivanius. Yo creía que era fiel a los Chanchos pero ahora me doy cuenta de que en realidad les soy leal, además de amarlos profusamente… (y conste que no es epístola alguna)… chanchibesos de corazón.

Ya me fui a leer las referencias, de lealtades y fidelidades aprendi bastante hace unos años. dPero volviendo, después de tantos meses, me declaro leal a su pocilga y a sus letras señor 🙂

La fidelidad es lo que necesitan los gobiernos, una masa de cabezas huecas que acate ordenes sin cuestionar nada. Es tambien lo mas valorado en los ejercitos…
Pero Lealtad es amor, compañerismo… Es todo lo que tu bien anotas y mucho mas. La lealtad nace en el corazon, la fidelidad se impone…
Por eso, querido Almanegra, me anoto entre sus grumetes mas leales -que no fieles- asi que aguntese, porque no habra quien nos pare la lengua cuando sintamos que debemos decirle lo que pensamoS!!!
besos 🙂

La fidelidad es un arreglo, un convenio por conveniencia quizá de paz o de continuidad.

La lealtad es algo que nace de adentro, es un compromiso con la permanencia de las cosas que valen en tu vida y a las que debes agradecimiento y vivencia.

Suena asqueroso pero sí se puede ser infiel y eternamente leal… entenderlo es otra cosa… aceptarlo cuestión de profesionales.

Mara: Lo bueno es que esa lealtad también se ejerce de acá.
Marichuy: Lo démodé es la reflexión, por eso hay quienes se siguen sorprendiendo cuando “se les acaba la magia”. Y la lealtad a uno mismo se llama coherencia; por eso lo de moda es ser más “fiel a mis impulsos” que “leal con mis valores”.
Paloma: ¿Qué contestar a eso? Mejor me inclino a sus pies y guardo un sonrojado silencio.
NTQVCA: Sea usté muy bienvenida y correspondida; ya se le extrañaba por acá.
Pelusa: Almanegra dice que no considerará jamás como amenaza una oferta de lealtad tan generosa.
MV: Lo que comentas da para mucho; yo diría, en principio, que (como apunta Marichuy) la infidelidad así dicha, en el contexto social-político, puede ser explicable; y en el contexto de afecto personal, la lealtad debe ser la base de las relaciones, porque si lo es la fidelidad, entonces fallar es inaceptable.

Gracias, a todos.

Soy leal a mis principios, a mis convicciones.

Fiel…
creo que ni a Barry le soy fiel, al menos no con el pensamiento.

Gracias Ivanius,siempre aprendo algo contigo,me sacas del cuarto oscuro de mi ignorancia.

Haces que me pregunte cosas que por lo general no haría.

Saludos mi muy querido.

¡CLAP, CLAP, CLAP!

¡¡¡STANDING OVATION a este post!!!

Fidelidad y Lealtad, tan simple y tan delicadas ambas. Otra parte complicada y creo que aún más complicada es poniendo el prefijo “in” y “des”, respectivamente.

Muy interesante reflexión. Se me ocurre que la lealtad quizá sea el único sentimiento reflexivo, y libre de prejuicio, que debamos a quienes queremos: pareja, hijos, padres, hermanos y amigos, como un acto de amor. Pero bien podríamos reservarnos la fidelidad para nosotros mismos y lo que pensamos, decimos y hacemos. Saludos.

se debe ser leal sin razonamientos, sin exageraciones sin “quedar bien” eso no es ser leal a uno mismo … eso es puro compromiso o fanatismo falso.,
la fidelidad es un arma de dos filos, a veces en prejuicio o en función de lo que nos place
de los infieles no hemos hablado jaja es un tema muy largo pero es que va relacionado, digo aunque de temas religiosos no estamos hablando. Hay un apartado interesante sobre esos menesteres en un libro de Ambrose Bierce e incluye nunca ser fiel tampoco a mufins

Malquerida: La libertad de imaginar, a veces es un refugio, pero siempre es un recurso útil. Y usté también comparte hartas enseñanzas, ¿eh?
Lic.: Prefiero lo positivo, porque lo negativo tiene más interpretaciones.
Canalla: Excelente idea: así la fidelidad es virtud paulatina y la lealtad obsequio perenne. Gracias.
Jolie: Yo creo que lo que distingue a la lealtad de la fidelidad es precisamente la razón. Pero como bien dices, el “discurso” de la fidelidad es ambiguo. Tu última frase no la entendí; debe ser el hambre.

Hola…

Los sentimientos humanos son efímeros mi Ivanius. Es por eso que con la fidelidad hacen buena mancuerna. Habrá quien ame y trabaje fuerte para mantener intacto un sentimiento, pero aún así se encuentra -el sentimiento- asentado en el filo del abismo.
Un sentimiento no se razona, se siente y no hay vuelta de hoja.
Así es que utilizar lealtad en lo NO razonado está cañón mi amigo.

Yo soy fiel a mis sentimientos mientras el sentimiento sea leal a mi…jejeje.

Un saludete en esta tarde lluviosa.
Que por cierto se mira ¡¡¡CHULA!!! Desde una cafetería de la Condesa.

Mafalda

Mafalda: La fidelidad sin razón se llama obsesión; la lealtad con razón se llama coherencia. La vitalidad de los sentimientos radica precisamente en su finitud, y a veces por eso mismo se convierten en una adicción… El cangrejo es cortesía del azar, y será testigo fiel de tu presencia en la pocilga mientras seas leal a ella. Je.
Jolie: ¿Qué será entonces de las galletas de vainilla?

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