Categories
Corriente

Diálocos I

“Un hombre puede ser feliz en cierto modo, pero en otro sentido, sin caer en paradojas, podemos decir que lo que busca es volver a su infelicidad cotidiana. En el presente, los hombres sufren bajo una infelicidad francamente anormal. Se enfrentan a todos los elementos trágicos esenciales de la naturaleza humana: el tiempo, la muerte, el abandono, el afecto no correspondido y la insatisfacción con uno mismo, sin las herramientas del consuelo y la motivación que normalmente deberían servirles para reavivar sus esperanzas o restaurar su autoestima. Les falta visión, convicción, dominio de su trabajo; no reciben lealtad de quienes les rodean, ni apenas un mendrugo de dignidad humana. Ni siquiera los nuevos Utopistas, tercos y últimos representantes de una raza desgraciada, pueden asegurarle al hombre moderno que él hará algo, o tendrá algo, o para efectos remotamente prácticos será alguien. Sólo le prometen que, si mantiene los ojos abiertos, verá algo: la Confianza Universal, la Paz Mundial o al Líder supremo rodeado de gloria. Pero el hombre moderno no puede mantener los ojos abiertos: está agotado, cansado tras una larga sucesión de Utopías fallidas. Se quedó dormido.” G. K. Chesterton, GK’s Weekly, 1928 (Traducción libre por Ivanius)

“Soy un cobarde, no puedo soportar el sufrimiento de ser feliz.” E.M. Cioran, Ese Maldito Yo.

OPDÉIT: “Esta anciana que no sabe escribir discursos sólo desea hacerles partícipes de su emoción, de su felicidad –¿por qué tenemos tanto miedo de esa palabra?– a todos cuantos han hecho posible este sueño, sueño que me acompaña desde la infancia. Desde aquel día en que oí por vez primera la magnífica frase: ‘Érase una vez…’ y conmovió toda mi pequeña vida.” —Ana María Matute, al recibir el Premio Cervantes 2011.

Content Protected Using Blog Protector By: PcDrome.