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Corriente

Desterrar el frío

“Donde no hay libros hace frío. Vale para las casas, las ciudades, los países. Un frío cataclismo, un páramo de amnesia”.

Valga decir que no la conocí. O que la tuve cerca, pero casi lo supe tarde. O que alguna vez hallé palabras con terremoto pero no sabía que eran de ella. Luego la identifiqué gracias a este blogbarrio, a la pocilga y los amigos de la granja, especialmente mi chanchosocio, Marilú (“la edecán rosa”) y Pelusa.

Hoy que hice mi paseo por los sitios de a veces y los de casi siempre, me topé –en el rincón de Jorge Braulio, artífice y maestro del haiku– con la noticia de su muerte esta semana.

“Queremos —debemos— denunciar para sanear, informar para corregir, saber para transmitir, analizar para optar. Y decirlo todo con nuestras palabras, que son las del diccionario.”

La eñe, que también es gente, está de luto. Pero las canciones buenas y las buenas letras no dejarán de sonar.

Que haya más libros, más letras, más canciones. Y que María Elena Walsh (1930-2011) descanse y cante en paz, así como la cigarra. Para que en las casas, las ciudades, los países, desterremos por fin cataclismos y amnesias.

By Ivanius

Intérprete de sueños, devoto de las palabras, adicto a la imaginación. Lector irredento y escribidor repentino. Ciudadano y no me canso.

7 replies on “Desterrar el frío”

hoy me perdí en una estanteria llena de libros… me arropé en ese lugar y pense… que los libros son como el amor, como los vinos. tienen que compartirse tienen que darte un sentido y te brindan calor

lo lamentable es cuando los pierdes o no tienes a quien compartirlos de modo que te de sentido. Tantos libros libres sin lectores, autores perdidos, amores en extravío…

besos chanchotes 🙂

¿Desterrar el frío?, mejor sería hacerse amigo de él así estaría más cerca de las personas que uno ama a fuerza de darse calorcito. Ahora que si no hay manera, siempre es bueno arrellanarse en el sillón favorito cubierto con una manta de esas calientitas y unos chihuahuas en los pies para cuidarse de los fantasmas por si acaso uno se queda dormido.

Tomar el libro en turno, dejarlo en el regazo y atisbar por la ventana como es que aún con tanto frío que hace ha regresado el colibrí que pasa a saludar todas las mañanas de verano.

Dar un sorbo de café y empezar a escribir historias en el sótano de las memorias con ñ o sin ñ.

Es una pena. Lo supe ese mismo dia, via twitter… y me dolio tanto que luego estuve con el corazon entre triste por su deceso y alegre por la resonancia de sus canciones durante varios dias. Al final no dije nada en el diario sobre ella, y no porque no lo mereciera -todo lo contrario-, sino porque ya habia bastante dolor. Ahora agradezco leerlo aqui. Aun le debo (a M.E.Walsh) la lectura de alguno de sus libros… Sus canciones las llevo mezcladas en la sangre. Besos!

Jorge Braulio: Te agradezco haberme comunicado la noticia, y la visita. Nos seguimos leyendo. ¡Saludos!

Jo: Todo lo bueno busca ser compartido, para refrescar la vida de quienes lo disfrutan y orientarles para avanzar siempre. Por eso decía Borges que un libro existe para ser encontrado por un lector; allí acaba el extravío. Besos.

Paloma: Por fortuna, esa presencia deja tras de sí ejemplos… y estafetas. 2011, siempre.

Malquerida: Una metodolgía experta, por supuesto, para que el frío desaparezca. Abrazo.

Pelusa: Gracias a ti… y gracias a M.E. Walsh, porque nos deja mucho que leer y escuchar. ¡Besos!

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