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Borrones Chispazos Disculpitas Marranadas Ocio movil

El sad one.

NOTA AL AMABLE LECTOR: no podrá usted (se lo aseguramos) disfrutar el siguiente artículo sin antes haber visto *completo* el video.

Gracias.

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15 de diciembre 2011, 7pm, México, D.F.
Con ya algunos tintos corriendo por mi sistema, me llama el maistro de ceremonias:

“Y ahora con ustedes, Bob-Alberto, Harris-Estrada… Que nos va a cantar ‘El triste’.
¡¡¡CLAP CLAP CLAP CLAP CLAP!!!”

Volteé a ver al respetable, compuesto en su mayoría por gente borracha y entre risas y caras de incredulidad, que me arranco:
“Qué triste fue decirnos adiós
cuando nos adorábamos más,
hasta la golondrina emigró
presagiando el final….”

Berreé, grité, modulé, susurré y microfoneé como una diva y al final, atropellando al maistro de ceremonias, terminé envuelto en una ovación de pie con la cara a las luces, y diciendo mil y un gracias.

Pota.
Quedé coronado como “El Rey del Karaoke”… pero ¿recuerdan a Juanito Farías? Así, pero con menos cara de chango.
Pa pronto: quedé en tercer lugar, fuera de los VeTePés que se rifaban ahí, con otro áipod para mi impúdica colección.

El karaoke, las borracheras, las netas, el trabajo, los libros, las revistas, los amigos, los encuentros tuiteros, el tuiter, el feis, la gente, las aglomeraciones, el tráfico, Izcalli, Chiluca, las promesas, los desencuentros, las rupturas, las reconciliaciones, las carreras, los entrenamientos, el maratón…

En estos casi quince meses que me he alejado de la pocilga, esas palabras acá tan simplemente escritas reseñan en parte en qué he estado metido.
Regreso porque uno siempre regresa a casa. Que ¿qué voy a hacer? pues sepa –a ciencia cierta–; lo que sí, le copiaré a Diana con lo de su cocodrilo, y postearé no tan largo como mi compañero de fórmula, ni tan poco como en el tuiter.

Nos vemos, respetable público lector de la pocilga.

Alberto, o @estradalberto pa los cuates.

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