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Corriente Disculpitas

Acertijo, comillas y aparición

Hoy es mi turno agosteño (como dirían por allí en la blogósfera) de aparecer en Escribidores y Literaturos.

Para acompañarlo, les propongo (como ya hemos hecho alguna vez) un pequeño acertijo. ¿A qué personajes pertenece este diálogo, y quién lo registró?

“–Tú hablas de ganar la guerra, y yo hablo de ganar la guerra y sobrevivir.
–Exacto. ¿Qué crees que sea más importante?
–¿Para quién? A un muerto le importa muy poco distinguir entre ganadores y perdedores.
–Creo que tu actitud solamente beneficia al enemigo.
–¿El enemigo? Enemigo es todo aquel que busca ocasionar tu muerte, sin importar en qué bando esté.”

La respuesta, en el próximo post. Les espero en EyL con Guardador de puercos… sin parentescos.

 

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Corriente Disculpitas

Saltando se llega arriba

Es lunes, pero no hay que tomárselo a mal.

Por eso aprovecho para invitarlos, un poco tarde, a pasar lista en el colectivo Escribidores y Literaturos y leer mi turno de marzo.

Remontadas. Lo importante es elevarse.

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#cuentosalvapor Disculpitas Explicaciones Inspiración pura

Humores perros

Ladies and gentlemen:
Ya está aquí la segunda temporada de #cuentoalvapor
Las reglas son sencillas: el plan es que no hay plan, esto aparece  y desaparece sin decir “agua va”, a veces sin mucho orden de por medio, unas veces con tema y otras no, nadie se arde ni se engüila, cualquiera le puede entrar,  sea o no en el tuiter de su confianza, y se puede –cómo no– romper la barrera de los 140. Y en podcast. Y en ilustración. Y en lo que más se le antoje, damita y caballero.

Bienvenidos, que esto ya empezó.

– – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – –


*¡Ahhh! ésa sensación…*
– …es un ejército de…

-¡Fuuuta!…

– ¡Corte! ¿qué pasa chingá? Esa escena la teníamos ya montada ayer. Además, ¡acuérdense que no tenemos tanto filme! ¡Pongan atención, carajo!… ¡Pollo!

– Perdón… Soorry…

– ¡¡POLLO!!

– Diga patrón.

– ¿Cuanto pietaje nos queda?

– Masomenos para 1:10 no más

*uuhh… Ya valió*

– ¡Mta! A ver Fernanda, ¿sale esta toma?

– No jefe. Este plano que es el corto dura 3:15 según el ensayo de ayer…

– ¡¡Aahh qué la chingada leidis!! ¡Pongan atención! ¡Pollo! ¡Carga otro rollo! ¡Media hora todos! Pero los quiero aquí, no se vayan. Y no se fuma en mi foro… ¿Okei?

Ustedes leidis, a repasar por favor. Ya casi… esta y otra y terminamos, ya chingá… Por favor ¿si?

*ta madre*
– Si Rodri, lo que tú digas.

– Va, no hay pedo… Oye güey, ¿qué pedo? ¿Te tiraste uno? No mames, no seas puerca…

*oooh qué la veee…*
– No manches, así huele por aquí.

– Sí, pendeja…

*chale ¿qué me haría daño?*
– Pues sí güey.

– ¡Ya pues! Vamos a ensayar.

– – – – – – – – elipsis mamona- – – – – – – –

– Y… ¡Acción!

– Y ¿ahora qué hacemos?

– No lo sé…

– – – – – – – -otra elipsis mamona- – – – – – – –

– ¿Ya ven chicas? se los dije. Solamente necesitábamos un poco de concentración y ya. Esa escena era larga y complicada; en fin, ya terminamos. Muchas gracias…

*siii pinche mono… ahora sí ¿verdad?*
– De nada Rodri, qué bueno que ya terminamos. Si, nos vemos en el bar…

– Va.
Ora sí güey, dime la neta. ¿Te tiraste uno o no?

*siigue esta vieja*
– ¡Que no güey!

– Ahh, ¡te caché! tú nunca dices groserías mas que cuando estás en pedos.

*que la veee…*
– ¡Que no y que no!
*¡Ahhh! ésa sensación… ¡Para que se te quite pendeja!*

-¡Fuuuuuuta! ¡ORA Sí!!

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Disculpitas Explicaciones Marranadas

Los 300 (II)

I. Brisas, brasas y balsas.

Llámenme Ivanius. Hace unos años –no importa cuánto exactamente–, con poco o ningún dinero en el bolsillo, y nada en particular que me interesara en tierra, pensé que me iría a navegar un poco por ahí, para ver la parte cibernética del mundo. A veces sirve para echar fuera la melancolía y arreglar la circulación con carcajadas. Cada vez que me sorprendo poniendo una boca triste; cada vez que en mi alma hay un nuevo temporal húmedo y lloviznoso; cada vez que me encuentro pasmado sin querer ante las cuartillas y los discursos; y, especialmente, cada vez que la estulticia me acosa de tal modo que hace falta un recio principio moral para impedirme salir a la calle con toda deliberación a derribar metódicamente el sombrero (es un decir) a los transeúntes, entonces entiendo que es más que hora de hacerme a la mar tan pronto como pueda.

II. No fue un viaje submarino.

Fue notable el año 2008 por un acontecimiento singular, un fenómeno no explicado ni explicable, olvidado por muchos, pero para algunos recordado. Prescindiendo de los rumores que agitaban las poblaciones de blogespot y jeocitis, acudió en buena hora mucha gente de tierra y de mar. Los visitantes, lectores, damas y capitanes de sus propias naves, comarcas, rincones y dominios, de Europa y América, expertos en diversos oficios y actividades disímbolas, se ocuparon en alto grado del hecho a que nos referimos. En efecto, hacía algún tiempo habían encontrado en el ciberespacio una cosa, un objeto choncho, cuiniforme, a veces fosforescente, infinitamente más basto y más rápido que una ballena en tierra firme. Los hechos relativos a esta aparición, consignados en diferentes bitácoras, estaban con bastante exactitud de acuerdo sobre la estructura del objeto o del ser en cuestión, la vulgaridad impredecible de sus movimientos, la potencia sorpresiva de su locura y la risa particular de que parecía dotado.

III. Pero resultó.

En el principio había ideas. Las ideas estaban en desorden, algunas vivían sólo en la mente, otras formaban tropel en múltiples libretas, y sin saberlo, el espíritu Chancho se movía sobre ellas. Entonces, a un lugar dentro de la mancha urbana acudieron a tomar café no ha mucho tiempo dos digámosles hidalgos de ánimo bullanguero, amistad tirando a antigua, risa franca y gusto por la diversión. Cada uno tenía en su casa ideas distintas, pero dijeron: Sea. Así hubo pocilga, un lugar dónde separar el lodo sabio de la mala yerba. Y vieron los dos que era bueno.

IV. Ahora, lo que viene.

Muchos se han imaginado granjas y pocilgas que nadie ha visto jamás ni se ha sabido que existieran realmente; porque hay tanta distancia de cómo se vive a cómo se debería vivir, que quien abandona lo que  hace por lo que se le antoja hacer, aprende a veces que en la risa no está su ruina sino su preservación: porque un hombre que quiera hacer en todos los puntos profesión de bueno, cava su propia fosa entre tantos que no lo son. Por todo ello un príncipe, si se quiere mantener, debe aprender a ser un poco cuino y usar o no usar de esta capacidad según lo necesite.

V. Un día como hoy…

Hace mucho, mucho tiempo, un joven grumete comenzó su camino de letras, aventuras y trincheras…

Para conmemorar su inicio en la piratería, el hoy Almanegra le pidió a Lou-Sin un poco de música. El maestro decidió buscar una canción digna de la efeméride y los involucrados… porque si los monjes no siempre bailan, sí saben cantar. Hela aquí, dedicada también a quienes hoy comparten ese aniversario y otras letras, que continúan su camino en este espacio. Con el perdón de Verne, Maquiavelo, Cervantes, Melville y algunos más.

Gracias a todos, y sigamos adelante.

Ivanius.

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Corriente Disculpitas Explicaciones

Los 300 (I)

Esto lo debo hace mucho.

Y es que deber siempre es así. Uno queda que yes, que a huevo, “al rato te lo mando”…  “En la tarde”… Y al final pasa lo de siempre; entrego al cuarto para la hora. En la posición más incómoda. Cuando menos tiempo hay.

Dije (a alguien por ahí) que “claro, a huevo que me interesaría escribir en tu blog”.

A alguien más: “ashh… Yo encantado de entrarle a su concurso de usted, señorita, faltaba más”.

Y para otro alguien tuve un: “te lo mando en la tarde. Ya.”

Y heme aquí, en el commuting de la vida tratando de hilvanar las ideas.

A ver, alguien por ahí, ai te va:

I. El mundial de futból.

Eran las seis de la mañana. Chinche noche de flashismos e ilusiones perdidas. “Bueno, al menos le vamos a patear el culo a los gringos esta mañana”.
Gran expectación, ¿eh? Se sentía en el aire… Pinches gringos, nos la van a pelar.
¿Te acuerdas de los letreritos pedorros de la serie aquella de los 60? Batman, creo.
Pues así. ¡Biff! ¡Pum! ¡Pam! ¡Zock!
Fuera. A la chingada.
Aquí podría decir que después de la derrota del combinado nacional de futból estuve postrado día y noche durante dos semanas, sin querer probar alimento.. Pero nel. No fue así.

Solamente me quedó un malestar, entre estomacal y anímico. Ni las frases inspiradoras del perro Bermúdez y Nacho Trelles podían consolarme; habíamos perdido, chingado.

Yo volteaba a ver a mis compañeros de desvelada, tratando de hacer eco de mis sentimientos, pero el único eco que había, era el de sus ronquidos contra la pared. Perdimos. Otra vez. Y con los pínches gringos. Bua.
Sí estuve sentado un buen rato, tratando de dormir. Pero de pinche necio no apagué la tele y me quedé viendo a una bola de pendejos que estaban “festejando” en el Ángel. Y que me llega un pensamiento: “güey… Voy a tener 32 el próximo mundial… Y el que le sigue, 36. Y el que le sigue…”

Güey.
El paso del tiempo.
Así pasa el tiempo, y los entrenadores. Y las promesas. Y los jugadores. Y los cracks. Y las ilusiones de la banda.
Por eso, ahora, 8 años después, a mis 36, decidí hacer una marranada. Bueno, dos.

La primera fue algo que me trajo varias enemistades no bien lo anuncié: “van 10mil varos a que la selec no pasa a la siguiente ronda”.
Yyyyyy no faltó quien, aunque teniendo ganas, supo del riesgo enorme que significaba entrarle. Ni el más pinche fan le atoró así de primera instancia. Ya estaba pensando bajar la apuesta, cuando brinca un caballero fulgurante y que grita: “¡VA!”.
Hoy, evidentemente todos sabemos que lo que fue, resultó mi lana.
O la promesa. Sirva este escrito pa decirle al caballero este que no tema, esa lana le cae este año, dios mediante. Ánimo.

La segunda; apostar en otro evento, con otra banda, y con ese alguien que comento en primera instancia, a favor de la famosa selec.
Ya para no hacerla tanto de pedo, quedé casiempates. Sí perdí, por pendejo, evidentemente; por haber blasfemado y pensar que los próceres de la patria, esa selec del “ya ni pedo” se quedarían en la primera ronda.

II. Listeando.

Y esta parte es para usté, alguien más; pa que vea que maratónica, pero corta, presento mi lista. Si esta fuese un toro de lidia podría decirse: “medio huangona de ánimo, muy trabajadita, descolorida y pali-abierta. Más bien pazguata, pero con el trapío propio de la ganadería”.
Trapío es lo que sobra, tiempo no. Así que voy directo al

III. CCC o lo que es lo mismo…

Fiesta.

Ya saben, queridos panas en la marranada, que este espacio siempre ha sido una excusa para el festejo, el jolgorio, y el oropel chipocludo.
A las primeras de cambio, nos ponemos el esmoquin, salimos buscando el encore con lágrimas en los ojos, acomodándonos la cola del jaqcuet, y sonriendo a los reflectores con las notas de fondo del “TA RA RA RAAAAAAA – RA RA RA RAAAAAAAAA que a mí ha llegaaaAadoOoo…”.

Primero fueron cien.

Ahí la dupla, bien acomodada y aceitada, planeaba apoderarse del mundo una y otra vez. Al ritmo de la mesa que más aplauda, o la de los dodos, o La Polonesa, o el capítulo del hombre del sombrero verde, todo lucía quite fine, you know?

Y a los doscientos… llegamos.
Y digo llegamos, porque si esta carreta se sigue moviendo no es por lo que este su seguro servidor haya hecho o deshecho del 101 al 200.

De las tres centenas, ya ni hablamos.

Hoy, soy un invitado solamente.

Es extraño. Volver a ver estos muebles, estas paredes. Oír los gritos en la cocina cuando destazan al primo o a la tía (marranos por supuesto) bañarme en este lodo… y de repente, eso: el sentimiento de ser un invitado en casa.

No es secreto que el embrujo de los 130 caracteres ha tomado por asalto mi cerebro y como siempre me pasa, me terminó pasando: no quería entrarle, me ha encantado, después me he vuelto junky y más allá… para al final convencerme de que perdí el tiempo miserablemente y ese, mis queridos carnales, como las golondrinas, no volverá.

Ahora, desde el cajón de los recuerdos, levantamos la cabeza (el bloguismo, el tuiter, el blog y yo) para felicitar primero, al rey de esta pocilga *Alberto se inclina y hace una genuflexión arrastradíssssima* pero más más más, a ustedes, su público querido, quienes han tenido el placer y el privilegio de ver cómo ha explotado su talento.

Y aitá. Lo que les decía, siempre terminamos bañados en lágrimas, haciendo el “corto-corto-laaargo” y caminando al ritmo de Ray Coniff en un escenario ahulado, bien brillosito, mientras Raúl Velasco dice “Aún hay más” y unas chavas vestidas como de Tico-Tico bailan moviendo las caderas.

Bueno. Felicidades.

“Escrito con los pulgares”
Alberto

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Corriente Disculpitas Explicaciones Marranadas

Miradas

Tras presenciar una acalorada discusión entre dos de los monjes, uno de los discípulos preguntó al maestro: ¿qué es más difícil: defender la verdad o superar la mentira?

Lou-Sin levantó los ojos y dijo: Lo más difícil es conservar la serenidad, tanto al sostener una opinión como al aceptar sus consecuencias.

AVISOS PARROQUIALES:

UNO. La ausencia virtual de los titulares de este espacio se debe a una ligera (pero imprescindible) molestia llamada vida real, que a veces se pone un poco exigente.

DOS. Los ajustes derivados del cambio de imagen de la pocilga aún no terminan con la paciencia, pero sí con el tiempo.

TRES. Por cierto, este es el post 299. Lo que sigue nadie lo sabe… pero ya llegará. Estéi tuned.

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#cuentosalvapor Disculpitas Explicaciones Inspiración pura

Tira al Vapor

Y siguiendo con esta ondita emanada del tuíter, les dejo esta #tiraalvapor que chingao, se nota cuando estoy en las mismas… se parece harto a aquel memorable post 100 y a otro hecho por el buen @tebin pero -Chale, de nuevo las explicacioncitas- ya sabrá alguno de ustedes cómo soy. Ni modos.

Marrrrano hasta el fin.

#tiraalvapor #cuentoalvapor

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#cuentosalvapor Disculpitas

Uno de zombis.

El Alberto amartilló la fuscona listo para disparar otra vez.

En la mano izquierda, tenía una gran mordida de la que no dejaba de salir sangre, y despedía un olor espantoso como a caca de perro.

– “Mierda, ya no me funciona bien esta mano”.

Así adolorido y todo, se escondió detrás de la puerta y esperó.

Era una noche muy oscura y tenebrosa; desas como de película. Lo malo es que esta sí que era verdadera.

Del fondo del largo pasillo salían gemidos, gruñidos y todos esos cochinos sonidos que hacen los zombis cuando están haciendo su trabajo; y lo peor, es que se oía a algo o alguien dirigéndose hacia él.

-“Fuuta, y a mí que sólo me quedan dos balas”.

Checó la cacha de la fuscona, y cuando vió aquellas letritas “Smith & Wesson” que tanto le gustaban, se dio cuenta que sería la última vez que las leía.

Los pasos, se podía adivinar que calzaban unos zapatos de tacón alto con tapa de metal; y cada vez estaban más cerca.

-“Ay virgencita ayúdame”.

¡Clic! alistó el percutor y respiró hondo.

– “Ora sí jija de tu chingada zombi madre, ya te cargo la…” ¡BLAMO! ¡BLAMO!

Sus últimas palabras fueron un “Shit… ya valí madres” muy sentido y bajito; cuando vio que los tiros ni habían rozado siquiera al engendro.

La zombie, que vestía unos leggings azules de mezclilla oscura con zapatos “peeptoe” altos de charol rojo con tapa de metal, una blusa de gasa que en algún momento fue blanca, muchas pulsera gruesas de madera y melamina de hartos colores, collares de bisutería fina y unos grandes aretes con una piedra negra al centro, lo montó con enorme agilidad; y en menos de lo que canta un gallo, segó la vida del Alberto con un solo madrazo.

Pinche zomba.

Primero, le sacó los ojos.

Le chupó todo el humor vítreo -su parte favorita- a cada uno; y obviamente, no pudo evitar que una buena parte de eso escurriera por su boca y pecho.

Después, se siguió con la lengua.

Uno a uno se comió todos los cartílagos de las orejas y nariz, rodillas y codos.

Chupó los 20 dedos, y dejó todo lo demás; incluso el cerebro, ahí aventado.

Se levantó satisfecha y bañada en sangre.

Si mirar atrás, echó a andar por el pasillo como eso; como zombi, a ver qué más se encontraba.

La noche no terminaría jamás.

—–

Querido socio en la marranada:

Disculpe usted si le machuco el pie o alguna otra parte de su graciosa anatomía publicando esto así a la de sin susto, pero la marranada es la marranada, y los #cuentosalvapor están que echan chispas. Además, ya sabe; a mí eso del orden y las buenas maneras cada vez se me dan menos.

Le mando un saludo desde la liviandad del famoso tuiter, y le reitero mi reconocimiento a su buena letra, mejor prosa y sobre todo oficio de escribidor demostrado en su última intervención allá en el sitio de las letras y la gente ilustre.

Y… querido público, no se mosquee, ya ve que en esta pocilga pasan cosas raras ól de táim.

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Borrones Corriente Disculpitas Marranadas

Una de nacos.

A Toño le gusta sacarse los mocos.

Aaahhhh…. qué sensación aquella de hurgarse la nariz.

Le resulta fascinante cómo se despegan las costras de la pared de la nariz, sobre todo cuando lo hace lento. Se puede sentir cada milímetro desprendiéndose; y de repente, uno que otro vellito que se viene en la costra.

Escrach-escrach… pareciera que hasta suenan cuando se despegan.

Cuando salen, los toma entre el índice y el pulgar; de preferencia de la mano izquierda, la cual no ocupa tanto, y se dedica a hacerlos pelotita. La costra todavía durita, tarda unos cuantos segundos en doblarse a capricho y humectares un poquito con la grasa de sus manos sucias. Raspa un tanto en los dedos, y la sensación le parece simplemente deliciosa.
Una. Dos. Tres vueltas.

Masajeo, meneo, rasqueteo con la uña.

– “Ira; clávate en esa mancha. Tssss, tiene forma como de máscara de luchador. Ahhh, triste Místico, le tenían qué ganar justo hace ocho días cuando aposté con el Juan.”

Una vuelta nueva, y ahora pasa a la otra fosa.

Gran descubrimiento. En este lado tiene la que pareciera ser la madre de todas las costras verdes en todos los años que lleva de saca-mocos.
Se acomoda en el asiento, y la sola idea de empezar a despegar esa costrona, hace que se le ericen los vellos del occipucio.

Escrach-escrach… “Esto es la gloria” le dice su cerebro, a lo cual él no responde, es más, ni lo entiende como tal; pero de repente, se empieza a sentir contento. Será porque es viernes. Será porque la costra se despega deliciosamente.

– “A ver si las chivas llegan a 6 triunfos al hilo… neta que ahora sí le apuesto al Juan y le gano”

Ahora se da cuenta que esta cosa es de dimensiones tan monstruosas, que es necesario deformar su cara en una mueca como de marrano… como quien huele algo desagradable y lleva la punta de su nariz para arriba…
“Oooohhh… ai va”
Y sigue rasqueteando. Hurgando.

Escrach-escrach…

La luz verde del semáforo, y la mirada inquisidora de la viejita que le alarga la moneda de diez lo sacan de su trance.
Se limpia la mano en la corbata azul marino y piensa mientras alcanza la marimba y mete primera casi al mismo tiempo:
“Chiales. Ya ni eso puedo hacer agusto.”

– “¡PÁSELE PA’TRÁS, QUEATRÁS ESTÁ VACÍO ¿SÍ? “

Pinche Toño.

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Corriente Disculpitas

Música porque sí

Hace algunos días, Lou-Sin festejó calladamente su aparición en este plano de la existencia. Y digo calladamente no sólo porque así es él, sino porque se nos olvidó que había asomado en cierta esquina (¿o era un rincón?) de blogolandia antes de presentarse oficialmente acá en la pocilga.

Cuando el personal amenazaba con las tradicionales mañanitas, el maestro pidió que mejor le pusieran esta canción. Quizás porque ya nos ha oído cantar.

Joe Cocker: The Simple Things

 

 

 

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